Exposición Fotográfica

Aires de septiembre

Rememorar 1959. Aquel año el presidente era Jorge Alessandri Rodríguez, se establece por moneda el Escudo,  la universidad Católica de Valparaíso (ucv) comienza sus transmisiones televisivas y en Washington se firma el tratado Antártico que establece que la Antártica será usada exclusivamente para fines pacíficos y científicos.

Ese mismo año, un primaveral día de septiembre, la comunidad del fundo Santa Marta (Colina) se reunía a los pies del cerro, en cercanía a la medialuna.  Fue un día de campo, un día de esparcimiento, un día de respirar la brisa de primavera y de sentir el abundante manto verde inspirador de buenas cosechas. Hulllies, azulillos, añañucas, se asoman  por montones en esta época, mientras las amarillas flores de los espinos emanan sus intensos aromas. A la par el ambiente resuena con el sinfónico trinar de los pajaritos, tan parte del valle como la comunidad misma.

“En las celebraciones al patrón le gustaba ver reunidos a los inquilinos con sus familias. Los hacía bailar, era alegre el hombre”.

Varias veces fui a observar el lugar, en mi caso nunca vi medialuna.  Por años se mantuvo la esencia nativa del  paisaje, el verdor tras el invierno,  los espinos, algunos algarrobos y de fondo húmedas quebradas, que hacían sentir vívidas las radiantes sonrisas y el entusiasta baile zapateado del administrador. Venía al presente la alegría de ese día de esparcimiento y del compartir en comunidad, en un entonces en que poco se vislumbraba el advenimiento de transformaciones en la fisonomía del campo chileno.

Al hoy la falda del cerro, donde otrora estaba la medialuna, fue dando lugar al proyecto inmobiliario de Santa Elena. Por añadidura el paisaje ya no es tal, independiente de como lo veamos, hay  una constante: el cambio. A pesar de ello, quedan las emociones que se transforman en sentimientos que pueden traer una y otra vez a aquellas vivencias. Es por ello que no vemos fotos viejas como algo propio del pasado, sus historias no son algo que estén aparte del presente, de hecho somos producto de una historia viva, pues siempre hay historia por ser descubierta sólo hace falta una pregunta, un indagador o un lector que como ahora  revele  sus propias emociones y memorias para fundirlas con estas imágenes y palabras.

Como aquel septiembre de 1959, poco sabemos qué nos deparan los próximos años, sin embargo, habrá cambios, nuevas formas, nuevas personas. El mensaje de 1959 es constante: diversión, abrazando desde el corazón esta  tierra que nos conecta.

Caminos

Caminos transitados por antepasados, cada quien con sus anhelos, conflictos, emociones. Nuestros ancestros son el vehículo que condujo hacia nosotros mismos, por eso reconocer la herencia cultural y cuidar los caminos que elejimos es, en esencia, honrarnos.

Carta caminera 1980 (fuente mop)

El Resplandor

Tras esos cerros la noche se alumbró de la nada, como un gran fuego. 
¡Si no lo veo, no lo creo! pero yo lo viví...

¡No corra!

La historia del Restaurant El Rinconcito ha sido de cara a la ruta 5 norte: Esso, Esso a Montenegro. *

¡No corra, almuerzo y bebida hay todo el día!

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*Parte en 14 de la fama, luego Lo Pinto (a orillas del río), hoy en Montenegro

Pimiento

«Sol y viento pa su vida, Sol y viento”

Al paso se muestra vigoroso y resistente. Lo miro, sus ramas resonantes también me miran, y entre susurros me da cuenta de sus experiencias al lado del camino desde el año 1956

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*Pimiento (schinus molle) ubicado en camino Liray con camino a Santa Elena (hoy San Miguel)